lunes, 24 de noviembre de 2008

Persevera

El fin de semana anterior, regresando de un viaje de negocios por carretera, nos detuvimos a tomar chocolate caliente con biscochos de Cayambe, y nos encontramos con un grupo de personas con la "mala noticia" de que las vías de regreso a Quito estaban cerradas por la Procesión de la Virgen del Quinche.

Es una caminata de miles de personas creyentes, que deciden poner en manos de la Santa del Quinche sus vidas, sus errores y fracasos. Desde su punto de vista pueden tener razón, pero lo malo es que esas miles de almas no sabían que yo tenía que llegar ese día a dejar a mi novia y a mi socia con sus preocupados padres.

Pero así es la vida, en el camino nos pone trabas que no esperamos, que en ocasiones frenan nuestros intentos de llegar como ocurrió con aquel grupo de personas que decidió esperar hasta las 5 de la mañana para emprender su viaje de regreso una vez que las vías sean abiertas de nuevo.

En otras ocasiones, nos alientan a buscar otras vías de solución. Así fue y decidimos aventurarnos para comprobar por "nuestras incrédulas mentes" que era cierto que no podiamos pasar.

Avanzamos máximo 10 km y ya nos topamos con la fila de carros, decidimos dar vuelta y ver otra vía, en esta otra no avanzamos ni medio kilometro, los conductores habían apagado sus vehículos y se habñian instalado puestos de venta de comida para pasar la noche.

Nos dimos la vuelta y fuimos a ver si encontrábamos posada en la casa de un amigo que vive por el sector, pero a veces la vida se pone tan "en contra" que no había nadie en su casa esa noche. En ese momento debiamos pensar qué hacer. Esperar junto a los viajeros resigandos del café, o decidir llegar a Quito ese día como sea.

En ocasiones el camino se nos cierra una y otra y otra vez, como queriendo que desistas, y la mayoría lo hace. Ante cualquier amenaza de dificultad, frena en su intento por llegar a sus metas. Eso solo se da si tus metas no están claras, si te levantas cada día sin saber por que lo haces. Si no sabes a donde vas, cualquier lugar es bueno. Pero no es el lugar donde deberías estar. No te lleva a ningú lado, te convierte en un títere de la vida, que te mueve de un lado a otro a su conveniencia sin que puedas hacer nada. O almenos eso puede pensar, pero déjame decirte que está en tus manos el tomar el control de tu vida.

Volvimos al camino en el que inicialmente avanzamos solamente 10 km, pero esta vez con una convicción interior muy fuerte de saber que esa noche íbamos a llegar. Mentalmente comencé a visualizarme en Quito, feliz, tranquilo, y lo hice durante todo el trayecto que para sorpresa nuestra avanzó mas de lo que imaginamos y seguimos y seguimos hasta donde ya no se podía más. O al menos eso lo hubieran pensado los viajeros del café si se hubieran atrevido a llegar hasta ahí.

No sabía que iba a pasar pero mientras más difícil e imposible parecía la meta, más me visualizaba llegando. Incluso cuando los autos dejaron de caminar y apagamos los motores "resignándonos" a dormirnos esperando que abran las vías, yo seguía repitiendo en mi mente la tranquilidad de llegar. Y así apareció una señora gritando, por la vía de la derecha hay como llegar a la mitad del mundo.

Era una oportunidad más que debiamos aprovechar. En la vida tienes que estar despierto y abierto a las oportunidades, hay miles, solo tú decides si las tomas o no, y si las tomas es porquye sabes a donde vas y lo que quieres alcanzar.

Esta nueva oportunidad nos puso en un camino de tierra de 4 horas, lleno de atascamientos y dudas. Y mientras más avanzábamos más nos preguntábamos si era el camino correcto, si estariamos bien, si tomamos la mejor decisión. En mi interior sabía que sí. Y de pronto vimos luces de ciudad.... pero era una de esas falsas alarmas que te pone la vida para probar tu resistencia. Y de esas tuvimos más. Solo podiamos seguir confiando, hasta que en efecto llegamos.

Nunca valoré tanto el pavimento como ese día, después de tanto maltrato del camino, pisábamos de nuevo la calle asfaltada, la misma calle asfaltada que todos los días no vemos con gratitud. Por que no la valoramos, así como no valoramos cada detalle de nuestra vida como el aire, el cielo, el sol, nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestra vida, las flores y los pájaros, las personas, las calles, las casas, el techo que nos cubre y el agua que nos baña. Tenemos tantas cosas por las que debemos dar las gracias, pero como siempre están allí no nos damos cuenta de lo bien que nos hacen.

Llegamos bien, llegamos sanos y salvos, y ese mismo día. Era nuestra decisión y agradezco a Dios por darme una nueva oportunidad de darme cuenta que en la vida tengo la opción de elegir y que cada camino que he tomado me ha enseñado algo bueno y me ha hecho cada vez mejor.

Hoy me siento mejor, principalmente porque cuando empecé a escribir este artículo, no me sentía muy bien, pero sabía que al escribir me iba a dar cuenta de por qué lo estaba haciendo.

La vida es maravillosa. Hoy me siento mas vivo que nunca, mientras escucho a Facundo Cabral te digo. Persevera, que al final es un hecho que alcanzas.

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